viernes, 12 de octubre de 2012

12 de Octubre “El día de la resistencia Indígena”


El día 12 de Octubre  en otra expresión “Día de la Raza” o también conocido como “El descubrimiento de América”.  La fecha marca el nacimiento de una nueva identidad producto del encuentro y fusión de los pueblos originarios del continente americano y los colonizadores españoles. Ambos término usado para referirse a la llegada a América de un grupo expedicionario español comandados por Cristóbal Colón.  Por cual y llegaron el viernes 12 de octubre de 1492 a una isla del mar Caribe llamada Guanahani ya hace 519 años.

Históricamente el inigualable Hugo Chavez presidente de Venezuela fue el primero quien proclamo el día 12 de Octubre el día de la resistencia Indígena en donde lo hizo públicamente y determino que los Europeos solo llegaron a América para destruir una gran civilización desarrollada con gran sabiduría, riqueza cultural, gastronomía y sobre todo su riqueza en ORO.

Los viajes de los portugueses a India siguiendo la costa Africana significaron un estímulo para quienes creían en la ruta hacia el oeste como el camino más corto para llegar hasta Asia. Cristóbal Colón fue partidario de esta hipótesis. Apoyado por la monarquía española, organizó un viaje de exploración que lo condujo a la costa americana en 1492. Cristóbal Colón creía que había llegado al continente asiático (la India), denominado por los europeos Indias y murió sin saber que había llegado a un continente desconocido por los europeos.

Con la llegada de Cristóbal Colón a las Américas y creyendo que había llegado a la India por cual denomino a los originarios como Indios de la India, palabra que hasta el día de hoy se usa para identificar y expresarse a los nativos americanos particularmente a las comunidades Indígenas como Indios y inditos.

Mientras otros en las américas conmemoran el día de la Raza, el descubrimiento de América, el día de Cristobal Colon, El mes de hispanidad, el mes de la herencia hispana entre otros términos conocidos en el resto del mundo, en la cual nada de esto es verdad, porque América ya estaba aquí, las comunidades Indígenas ya tenían miles de años en estas tierras que fueron apropiados por los europeos con su llegada.  

el día 12 de Octubre, para los Indígenas conquistados pero no derrotados, conmemora así la “resistencia indígena” contra los conquistadores que invadieron nuestras tierras, nuestras mujeres, nuestro ser, convirtiéndolos en Católicos Romanos, matando aquellos a quienes se resistían o se oponían, destruyendo su historia, su esencia cultural y sobre todo su Identidad, sobajándolos por ser indígenas, por tener su propia lengua, sus propia tradición, cultura y por ser dueños de una gran riqueza como es el ORO, el Agua, autónomo, cobre, arboles, tierras fértiles, y sin olvidar su gastronomía empezando desde el maíz, aguacate, cocoa, chocolate, chile, tomate entre una variedad de productos nativos de las Américas y que hoy sirve para darle de comer al Mundo entero. 

El 12 de Octubre día de la resistencia Indígena, resistencia de nuestra cultura, nuestra identidad y sobre todo nuestras lenguas.  No perdamos lo que una día los verdaderos nativos Anáhuac nos dejaron como herencia y luchemos con los que defienden nuestras tierras en contra del mal gobierno, ricos, empresarios y sobre todos las empresas extrajeras que estan destruyendo nuestras comunidades, y que hasta el día de hoy siguen despojando a nuestra gente de sus tierras, tierras que les perteneces por miles de años.

Somos indígenas aunque por la conquista cambiamos de color, estatura, facción pero seguimos siendo indígenas si no solo miren su mesa al almorzar, comer y cenar.  En donde nunca puede faltar una tortilla (Maíz), un chilito, un salsita (chile, tomate) o que tal un poco de aguacate para acompañar nuestros platos eso y muchas otras cosas es herencia de nuestros ancestros. No perdamos nuestra herencia hay revalorizar nuestra cultura. 

“Entre los Individuos como en las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz” Lic. Benito Juarez Garcia.

Hector Hernandez

martes, 2 de octubre de 2012

Mexico: 2 de Octubre ¿No se olvida?



En ese momento no pensé en nada, ni en salvar la vida. En ese instante observas, observas. Sólo empiezas a considerar los riesgos sufridos mucho tiempo después", relata Rául Álvarez Garín, al describir su fotografía mental de la matanza de Tlatelolco, hace 45 años.

Es el recuerdo de su incredulidad al ver que soldados y paramilitares mexicanos estaban disparando contra miles de estudiantes que, como él, se manifestaban el 2 de octubre de 1968 en la plaza de las Tres Culturas (Tlatelolco) en Ciudad de México.

Inspirado en las revueltas izquierdistas que ese año agitaron al mundo, el movimiento estudiantil mexicano se movilizaba contra la represión del Estado, que estaba concentrado en ofrecer al mundo una fachada de paz social ante el inicio de los Juegos Olímpicos 10 días después.

No era la primera vez que los jóvenes fueron atacados, pero sus temores no alcanzaban para sospechar la matanza que se avecinaba aquella tarde, por la cual 45 años después ningún responsable ha penado un día de cárcel.
El fotografo de Gobernación

"Estábamos prevenidos de persecuciones, detenciones y eventualmente alguna acción de violencia con resultados fatales. Pero no una acción militar de esa magnitud", admitió en una entrevista con la AFP Garín, entonces un dirigente del Consejo Nacional de Huelga que encabezaba el movimiento estudiantil.

Se desconoce el número de muertos pero los cálculos oscilan entre los 44 de la versión oficial y al menos 300, según investigaciones independientes.

"Una estimación con bases firmes te indica que en las primeras dos horas y media de la matanza se dispararon 70.000 cartuchos percutidos. Es una cantidad brutalmente excedida", recriminó Garín, quien fue detenido aquella tarde.

Se calcula que había unos 8.000 hombres y mujeres jóvenes y niños en la plaza aunque los militares siempre defendieron que únicamente se arremetió contra una treintena de guerrilleros camuflados.

Rodolfo Echeverría era aquellos años un militante del Partido Comunista y estuvo en la plaza aquella tarde, pero una oportuna cita le obligó a marcharse y dejar a su mujer en la manifestación, que se preveía tranquila.

"Yo me enteré de todo a la la noche por la televisión. Mi mujer llegó y me contó que ella y una hermana lograron huir de la explanada y esconderse en un departamento de un edificio cercano. Una mujer les abrió. Dentro ya había más gente", rememora Echeverría, de 72 años, en una entrevista con la AFP realizada en la misma plaza de las Tres Culturas.
Las filmaciones

Echeverría, quien hoy es funcionario de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, asegura que antes de la masacre, el Estado había tolerado la febril actividad política de una juventud ávida de libertades.

Meses antes, "la Ciudad de México vivió la democracia más amplia porque andaban los jóvenes en los barrios, en las oficinas, en las fábricas, en las calles distribuyendo e informando todo lo que era el movimiento" estudiantil, explica.

Echeverría fue detenido tres meses después y, como Garín, fue conducido en un primer momento a un centro militar.

La noche de Tlatelolco
"Los interrogatorios se desarrollaron en todos los casos bajo una presión física y psicológica directa. Todos los interrogatorios pueden ser calificados de tortura", denunció Garín.

Ningún militar pagó por ello y los maltratos se convirtieron en un tema tabú, incluso por la propia voluntad de los supervivientes.

"Al ser cuestionados, la mayoría de los detenidos negó haber sido torturados. Nuestro machismo nos obligaba a hacernos los duros, a decir que lo aguantamos, a no admitir ante los demás que tuvimos miedo", desarrolló.

Cuatro décadas después el dolor persiste entre supervivientes y allegados, hoy transformado en impotencia y preocupación porque la memoria de la matanza no se pierda.

Como creen que la impunidad goza de buena salud en México, los activistas opinan que el camino hacia la justicia está más allá de sus fronteras.

2 de Octubre. No se olvida

"Este 40 aniversario no es el momento de dar un carpetazo (cerrar) al asunto. Es el preámbulo de los juicios internacionales. Lo que aquí dicen que no es prueba, afuera no tienen duda de que lo es", definió Garín.

En cambio, Rodolfo Echeverría discrepa. "El problema no es encarcelar o no a Luis Echeverría (entonces ministro del Interior y luego presidente, acusado de genocidio). Él se va a morir señalado como un represor 'cabrón' criminal. Lo importante es que se sepa lo que hizo la policía y el ejército contra la sociedad. No pueden meter la cabeza en un hoyo pretendiendo que aquello no sucedió".

lunes, 1 de octubre de 2012

Guelaguetza 2012 - Bakersfield, CA


Como ya es costumbre la organización Unidad Popular Benito Juarez los invita a nuestro evento anual de la Guelaguetza en la Ciudad de Bakersfield, evento que se llevara acabo el día 14 de Octubre empezando a las 10 AM a 5
 PM en la Universidad Estatal de California, Bakersfield (9001 Stockdale Hwy, Bakersfield, CA 93311. Esperamos y nos puedan acompañar a este Magno evento Oaxaqueño en donde podrán disfrutar de una rica gastronomía como son las Tlayudas, Tamales, Barbacoa (Yiiki), empanadas, bebidas de Chilacayote, tuna entre otras.

También no podemos olvidarnos de las artesanías Oaxaqueñas como el barro rojo, negros, alebrijes, mascaras, pulseras de hilos entre otras artesanías Oaxaqueñas. Y por últimos las danzas Oaxaqueñas, de las 8 regiones, como son la Pluma, Piña, Pinotepa Nacional, Rubios, Diablos entre otras danzas que hacen de nuestro estado Único en el mundo.

No se olviden que es un evento familia y sobre todo cultural en donde podamos enseñar un poco de nuestra cultura indígena ha nuestros hijos y al resto de las comunidades. Los Esperamos el 14 de Octubre a disfrutar de nuestra bella, tradicional y multi-cultural Guelaguetza. 

Portal Mundial: http://upbj.org
Para mas informacion pueden visitar: http://www.facebook.com/UnidadPopularBenitoJuarez

lunes, 6 de agosto de 2012

Insuficientes, traductores indígenas en la Cd. de México


Ciudad de México • Atender las necesidades de los hablantes de lenguas indígenas que hay en el Distrito Federal –más de 122 mil, divididos en múltiples variantes- representa un difícil reto que las autoridades capitalinas apenas comienzan a asumir, pues aun cuando la mayoría domine el español, la atención en su lengua materna es una derecho que debe cumplirse.

Desde 2007 el Gobierno del Distrito Federal creó la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec), pero apenas este año comenzó a operar su padrón de intérpretes y traductores de manera formal, para una ciudad donde se tienen identificados miembros de al menos 55 de los 68 grupos lingüísticos que existen en México.

Eduardo García Ayala, titular del área de Convivencia Intercultural y Diversidad Lingüística de la Sederec, explica que sus 44 intérpretes en 35 lenguas están certificados por universidades públicas en temas de salud, educación y justicia, por lo que cualquier dependencia puede solicitárselos. Pero son insuficientes.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) utiliza desde 2002 los servicios de la Organización de Traductores Intérpretes Interculturales y Gestores en Lenguas Indígenas, una asociación civil con la que pretende cubrir el déficit de traductores en los Ministerios Públicos (MP), donde ese derecho debe ser garantizado a como dé lugar.

Un MP tiene 48 horas para integrar una averiguación previa, y en ese tiempo debe recabar pruebas suficientes para decidir si libera o consigna a un acusado. Si alguna de las partes o testigo involucrado es indígena debe conseguir un traductor y a veces hasta un perito que haga un dictamen cultural sobre usos y costumbres.

“Es un periodo muy corto” comenta Luis Pérez Eguiarte, fiscal a cargo de las Agencias Especializadas Desconcentradas, el área dentro de la PGJDF encargada de atender los casos en que se ven implicados diplomáticos, turistas extranjeros e indígenas, entre otros sectores.

“En ocasiones nos la vemos difícil para atender a tanta gente en su lengua, hay lenguas que las hablan mil personas, conseguir un intérprete de esas lenguas es muy difícil” afirma el fiscal.

Pérez Eguiarte reconoce que ante la presión de tiempo, la falta de intérpretes y la necesidad de garantizar este derecho, en ocasiones tienen que utilizar como traductores a familiares de los implicados, algo que no es deseable porque puede afectar la imparcialidad del proceso.

“En 2011 recibimos 40 quejas vinculadas con personas indígenas, y les podría decir que en su mayoría tenían que ver con el derecho al debido proceso”, afirma a su vez Guadalupe Cabrera, cuarta visitadora de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).

Cabrera comenta un caso, para ejemplificar la importancia de la imparcialidad de los traductores:

Una joven tsotsil de Chiapas fue asesinada en la capital; la policía capturó como sospechoso del crimen a un chico proveniente de la misma comunidad y el traductor es también de la misma comunidad.

La hermana de la víctima es llamada como testigo en el caso. Ella no habla español. Declara conocer al sospechoso y que su hermana también lo conocía, pero que no tiene elementos para pensar que él la mató.

La muchacha regresa a su pueblo y mucho tiempo después se entera que el traductor tergiversó la declaración y que el sospechoso está en prisión porque supuestamente ella lo señaló como el asesino de su hermana.

Son casos a los que se enfrentan por un lado las autoridades por esa falta de traductores certificados y la variedad lingüística que posee México.

De acuerdo con García Ayala, las lenguas indígenas y sus dialectos están concentrados en comunidades muy específicas por lo que es probable que sus hablantes se conozcan pese a haber migrado, por ello es deseable tener varios traductores de una misma lengua.

El objetivo a largo plazo, agrega el funcionario de la Sederec, es tener un traductor para cada una de las partes en juicio, incluyendo a los jueces, secretarios técnicos y otros funcionarios que intervienen además de las víctimas y los acusados.

El fiscal Pérez Eguiarte va más allá, y asegura que además de traductores se necesitaría tener ministerios públicos y defensores de oficio que dominen las lenguas indígenas, y en ese sentido comenta que la PGJDF cuenta apenas con un defensor de oficio que habla mixteco y cuatro ministerios públicos de origen indígena.

Tal vez por el nivel de injusticia, crudeza y debilidad humana visible en los casos penales, sea este tema el de mayor impacto en medios y el que más cala en la sociedad, pero tanto la CDHDF como la Sederec aclaran que las necesidades de los indígenas no están sólo en este rubro, pues se requieren traductores para trámites de acceso a vivienda, salud y empleo.

Los tres entrevistados coinciden, por separado, que los conflictos entre indígenas por la propiedad de inmuebles son comunes en el DF y que en estos casos además del idioma deben tomarse en cuenta los usos y costumbres porque los derechos de los integrantes de una comunidad a veces están condicionados a figuras como el tequio o mayordomías.

García Ayala relata un caso de acceso a la salud, el de un niño proveniente de una comunidad náhuatl de Guerrero quien fue sometido a quimioterapia en el Hospital Infantil del Distrito Federal. La Sederec tuvo que intervenir para explicar a los padres los pormenores del tratamiento y los cuidados especiales que tendrían que darle en casa.

Guadalupe Cabrera recuerda otro, por la demanda laboral interpuesta por una mujer de origen totonaco a la que la Junta Local de Conciliación y Arbitraje sometió a un examen psicológico para ver si entendía el Español, pero luego de la intervención de la CDHDF se le asignó un traductor y la resolución final, a favor de la mujer, se escribió en totonaco.

Para los tres entrevistados también es evidente que falta la capacitación y sensibilización de los funcionarios públicos para atender y entender a los miembros de las culturas originarias, y aseguran que cada instancia trabaja en ese sentido. “A recomendación del jefe de Gobierno estamos tomando clases de náhuatl, ¡qué idioma tan difícil!, no tiene verbos”, expresa el fiscal, a lo que se debe añadir que esa lengua tampoco tiene artículos ni diferencia entre el plural o el singular:

En el náhuatl, como en la mayoría de las lenguas indígenas que se hablan en México, la diferencia entre “yo” y “nosotros” simplemente no existe. Tal vez por eso siguen vivas a pesar de todo.

Insuficientes, traductores indígenas en la Cd. de México


CD. DE MÉXICO • 

En la capital hay más de 122 mil personas que hablan alguna legua indígena y el Gobierno local apenas cuenta con 44 intérpretes en 35 lenguas están certificados por universidades.

Ciudad de México • Atender las necesidades de los hablantes de lenguas indígenas que hay en el Distrito Federal –más de 122 mil, divididos en múltiples variantes- representa un difícil reto que las autoridades capitalinas apenas comienzan a asumir, pues aun cuando la mayoría domine el español, la atención en su lengua materna es una derecho que debe cumplirse.
Desde 2007 el Gobierno del Distrito Federal creó la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec), pero apenas este año comenzó a operar su padrón de intérpretes y traductores de manera formal, para una ciudad donde se tienen identificados miembros de al menos 55 de los 68 grupos lingüísticos que existen en México.
Eduardo García Ayala, titular del área de Convivencia Intercultural y Diversidad Lingüística de la Sederec, explica que sus 44 intérpretes en 35 lenguas están certificados por universidades públicas en temas de salud, educación y justicia, por lo que cualquier dependencia puede solicitárselos. Pero son insuficientes.
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) utiliza desde 2002 los servicios de la Organización de Traductores Intérpretes Interculturales y Gestores en Lenguas Indígenas, una asociación civil con la que pretende cubrir el déficit de traductores en los Ministerios Públicos (MP), donde ese derecho debe ser garantizado a como dé lugar.
Un MP tiene 48 horas para integrar una averiguación previa, y en ese tiempo debe recabar pruebas suficientes para decidir si libera o consigna a un acusado. Si alguna de las partes o testigo involucrado es indígena debe conseguir un traductor y a veces hasta un perito que haga un dictamen cultural sobre usos y costumbres.
“Es un periodo muy corto” comenta Luis Pérez Eguiarte, fiscal a cargo de las Agencias Especializadas Desconcentradas, el área dentro de la PGJDF encargada de atender los casos en que se ven implicados diplomáticos, turistas extranjeros e indígenas, entre otros sectores.
“En ocasiones nos la vemos difícil para atender a tanta gente en su lengua, hay lenguas que las hablan mil personas, conseguir un intérprete de esas lenguas es muy difícil” afirma el fiscal.
Pérez Eguiarte reconoce que ante la presión de tiempo, la falta de intérpretes y la necesidad de garantizar este derecho, en ocasiones tienen que utilizar como traductores a familiares de los implicados, algo que no es deseable porque puede afectar la imparcialidad del proceso.
“En 2011 recibimos 40 quejas vinculadas con personas indígenas, y les podría decir que en su mayoría tenían que ver con el derecho al debido proceso”, afirma a su vez Guadalupe Cabrera, cuarta visitadora de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).
Cabrera comenta un caso, para ejemplificar la importancia de la imparcialidad de los traductores:
Una joven tsotsil de Chiapas fue asesinada en la capital; la policía capturó como sospechoso del crimen a un chico proveniente de la misma comunidad y el traductor es también de la misma comunidad.
La hermana de la víctima es llamada como testigo en el caso. Ella no habla español. Declara conocer al sospechoso y que su hermana también lo conocía, pero que no tiene elementos para pensar que él la mató.
La muchacha regresa a su pueblo y mucho tiempo después se entera que el traductor tergiversó la declaración y que el sospechoso está en prisión porque supuestamente ella lo señaló como el asesino de su hermana.
Son casos a los que se enfrentan por un lado las autoridades por esa falta de traductores certificados y la variedad lingüística que posee México.
De acuerdo con García Ayala, las lenguas indígenas y sus dialectos están concentrados en comunidades muy específicas por lo que es probable que sus hablantes se conozcan pese a haber migrado, por ello es deseable tener varios traductores de una misma lengua.
El objetivo a largo plazo, agrega el funcionario de la Sederec, es tener un traductor para cada una de las partes en juicio, incluyendo a los jueces, secretarios técnicos y otros funcionarios que intervienen además de las víctimas y los acusados.
El fiscal Pérez Eguiarte va más allá, y asegura que además de traductores se necesitaría tener ministerios públicos y defensores de oficio que dominen las lenguas indígenas, y en ese sentido comenta que la PGJDF cuenta apenas con un defensor de oficio que habla mixteco y cuatro ministerios públicos de origen indígena.
Tal vez por el nivel de injusticia, crudeza y debilidad humana visible en los casos penales, sea este tema el de mayor impacto en medios y el que más cala en la sociedad, pero tanto la CDHDF como la Sederec aclaran que las necesidades de los indígenas no están sólo en este rubro, pues se requieren traductores para trámites de acceso a vivienda, salud y empleo.
Los tres entrevistados coinciden, por separado, que los conflictos entre indígenas por la propiedad de inmuebles son comunes en el DF y que en estos casos además del idioma deben tomarse en cuenta los usos y costumbres porque los derechos de los integrantes de una comunidad a veces están condicionados a figuras como el tequio o mayordomías.
García Ayala relata un caso de acceso a la salud, el de un niño proveniente de una comunidad náhuatl de Guerrero quien fue sometido a quimioterapia en el Hospital Infantil del Distrito Federal. La Sederec tuvo que intervenir para explicar a los padres los pormenores del tratamiento y los cuidados especiales que tendrían que darle en casa.
Guadalupe Cabrera recuerda otro, por la demanda laboral interpuesta por una mujer de origen totonaco a la que la Junta Local de Conciliación y Arbitraje sometió a un examen psicológico para ver si entendía el Español, pero luego de la intervención de la CDHDF se le asignó un traductor y la resolución final, a favor de la mujer, se escribió en totonaco.
Para los tres entrevistados también es evidente que falta la capacitación y sensibilización de los funcionarios públicos para atender y entender a los miembros de las culturas originarias, y aseguran que cada instancia trabaja en ese sentido.
“A recomendación del jefe de Gobierno estamos tomando clases de náhuatl, ¡qué idioma tan difícil!, no tiene verbos”, expresa el fiscal, a lo que se debe añadir que esa lengua tampoco tiene artículos ni diferencia entre el plural o el singular:
En el náhuatl, como en la mayoría de las lenguas indígenas que se hablan en México, la diferencia entre “yo” y “nosotros” simplemente no existe. Tal vez por eso siguen vivas a pesar de todo.

Insuficientes, traductores indígenas en la Cd. de México


CD. DE MÉXICO • 

En la capital hay más de 122 mil personas que hablan alguna legua indígena y el Gobierno local apenas cuenta con 44 intérpretes en 35 lenguas están certificados por universidades.

Ciudad de México • Atender las necesidades de los hablantes de lenguas indígenas que hay en el Distrito Federal –más de 122 mil, divididos en múltiples variantes- representa un difícil reto que las autoridades capitalinas apenas comienzan a asumir, pues aun cuando la mayoría domine el español, la atención en su lengua materna es una derecho que debe cumplirse.
Desde 2007 el Gobierno del Distrito Federal creó la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec), pero apenas este año comenzó a operar su padrón de intérpretes y traductores de manera formal, para una ciudad donde se tienen identificados miembros de al menos 55 de los 68 grupos lingüísticos que existen en México.
Eduardo García Ayala, titular del área de Convivencia Intercultural y Diversidad Lingüística de la Sederec, explica que sus 44 intérpretes en 35 lenguas están certificados por universidades públicas en temas de salud, educación y justicia, por lo que cualquier dependencia puede solicitárselos. Pero son insuficientes.
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) utiliza desde 2002 los servicios de la Organización de Traductores Intérpretes Interculturales y Gestores en Lenguas Indígenas, una asociación civil con la que pretende cubrir el déficit de traductores en los Ministerios Públicos (MP), donde ese derecho debe ser garantizado a como dé lugar.
Un MP tiene 48 horas para integrar una averiguación previa, y en ese tiempo debe recabar pruebas suficientes para decidir si libera o consigna a un acusado. Si alguna de las partes o testigo involucrado es indígena debe conseguir un traductor y a veces hasta un perito que haga un dictamen cultural sobre usos y costumbres.
“Es un periodo muy corto” comenta Luis Pérez Eguiarte, fiscal a cargo de las Agencias Especializadas Desconcentradas, el área dentro de la PGJDF encargada de atender los casos en que se ven implicados diplomáticos, turistas extranjeros e indígenas, entre otros sectores.
“En ocasiones nos la vemos difícil para atender a tanta gente en su lengua, hay lenguas que las hablan mil personas, conseguir un intérprete de esas lenguas es muy difícil” afirma el fiscal.
Pérez Eguiarte reconoce que ante la presión de tiempo, la falta de intérpretes y la necesidad de garantizar este derecho, en ocasiones tienen que utilizar como traductores a familiares de los implicados, algo que no es deseable porque puede afectar la imparcialidad del proceso.
“En 2011 recibimos 40 quejas vinculadas con personas indígenas, y les podría decir que en su mayoría tenían que ver con el derecho al debido proceso”, afirma a su vez Guadalupe Cabrera, cuarta visitadora de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).
Cabrera comenta un caso, para ejemplificar la importancia de la imparcialidad de los traductores:
Una joven tsotsil de Chiapas fue asesinada en la capital; la policía capturó como sospechoso del crimen a un chico proveniente de la misma comunidad y el traductor es también de la misma comunidad.
La hermana de la víctima es llamada como testigo en el caso. Ella no habla español. Declara conocer al sospechoso y que su hermana también lo conocía, pero que no tiene elementos para pensar que él la mató.
La muchacha regresa a su pueblo y mucho tiempo después se entera que el traductor tergiversó la declaración y que el sospechoso está en prisión porque supuestamente ella lo señaló como el asesino de su hermana.
Son casos a los que se enfrentan por un lado las autoridades por esa falta de traductores certificados y la variedad lingüística que posee México.
De acuerdo con García Ayala, las lenguas indígenas y sus dialectos están concentrados en comunidades muy específicas por lo que es probable que sus hablantes se conozcan pese a haber migrado, por ello es deseable tener varios traductores de una misma lengua.
El objetivo a largo plazo, agrega el funcionario de la Sederec, es tener un traductor para cada una de las partes en juicio, incluyendo a los jueces, secretarios técnicos y otros funcionarios que intervienen además de las víctimas y los acusados.
El fiscal Pérez Eguiarte va más allá, y asegura que además de traductores se necesitaría tener ministerios públicos y defensores de oficio que dominen las lenguas indígenas, y en ese sentido comenta que la PGJDF cuenta apenas con un defensor de oficio que habla mixteco y cuatro ministerios públicos de origen indígena.
Tal vez por el nivel de injusticia, crudeza y debilidad humana visible en los casos penales, sea este tema el de mayor impacto en medios y el que más cala en la sociedad, pero tanto la CDHDF como la Sederec aclaran que las necesidades de los indígenas no están sólo en este rubro, pues se requieren traductores para trámites de acceso a vivienda, salud y empleo.
Los tres entrevistados coinciden, por separado, que los conflictos entre indígenas por la propiedad de inmuebles son comunes en el DF y que en estos casos además del idioma deben tomarse en cuenta los usos y costumbres porque los derechos de los integrantes de una comunidad a veces están condicionados a figuras como el tequio o mayordomías.
García Ayala relata un caso de acceso a la salud, el de un niño proveniente de una comunidad náhuatl de Guerrero quien fue sometido a quimioterapia en el Hospital Infantil del Distrito Federal. La Sederec tuvo que intervenir para explicar a los padres los pormenores del tratamiento y los cuidados especiales que tendrían que darle en casa.
Guadalupe Cabrera recuerda otro, por la demanda laboral interpuesta por una mujer de origen totonaco a la que la Junta Local de Conciliación y Arbitraje sometió a un examen psicológico para ver si entendía el Español, pero luego de la intervención de la CDHDF se le asignó un traductor y la resolución final, a favor de la mujer, se escribió en totonaco.
Para los tres entrevistados también es evidente que falta la capacitación y sensibilización de los funcionarios públicos para atender y entender a los miembros de las culturas originarias, y aseguran que cada instancia trabaja en ese sentido.
“A recomendación del jefe de Gobierno estamos tomando clases de náhuatl, ¡qué idioma tan difícil!, no tiene verbos”, expresa el fiscal, a lo que se debe añadir que esa lengua tampoco tiene artículos ni diferencia entre el plural o el singular:
En el náhuatl, como en la mayoría de las lenguas indígenas que se hablan en México, la diferencia entre “yo” y “nosotros” simplemente no existe. Tal vez por eso siguen vivas a pesar de todo.